Media
Dificultad
1 día
Duración
oct-nov
Fechas
Madrid
Ubicación
Max. 12 por guía
Nº de personas

A finales del mes de noviembre el otoño alcanza las cotas cromáticas más altas en los castañares de Casillas y Sta. Mª del Tietar, componiendo un puzle de ocres, amarillos y rojos, y cubriendo la tierra de hermosos tapices. Aunque su vecino castañar de El Tiemblo se lleva la fama, nada tienen que envidiarle.

Los colores de sus castaños centenarios contrastan con el verde de los pinares circundantes, especialmente visibles desde bucólicos emplazamientos como el de la presa del Pajarero o Pajarejo.

También tendremos la oportunidad de ver el reflejo del otoño en el estanque del Área Recreativa de las Eras del Prado, una gran explanada rodeada de bosques multicolores.

  • Ropa de montaña cómoda para caminar
  • Chubasquero impermeable (imprescindible aún con previsión de buen tiempo)
  • Bastones de trekking
  • Botas de senderismo (Imprescindibles)
  • Mochila de 30 litros de capacidad
  • Cantimplora o botella para el agua de al menos 1,5 litros
  • Gorra para el sol
  • Gafas de sol
  • Crema solar
  • Gorro para el frío
  • Guantes
  • Algo de comida
  • Teléfono móvil con la batería cargada

Reseñas de actividades

5.00 Residencia en 0 reseñas
noviembre 20, 2019

Actividad para toda la familia, muy recomendable para aquellos amantes del paisaje otoñal y la tranquilidad. Se aprende del entorno en igual dosis que se disfruta. Excelente organización, como siempre, cuidando los detalles y mimando a los participantes. Un 10!

noviembre 19, 2019

Excursión cien por cien recomendable! El entorno, en la época del año que estamos (finales de otoño), era precioso, con castaños de hasta 500 años! El momentazo del día fue cuando se nos cruzó, corriendo por el camino, un ciervo!! … como cuando miras al cielo y ves una estrella fugaz, igual.
Andrés, el guía, de diez. Una persona que sabe responderte todas las preguntas que te van surgiendo relacionadas con el entorno natural: tipos de árboles y sus hojas; setas que te encuentras por el camino; animales e insectos que aparecen de repente; arquitectura de la zona, como los molinos antiguos que vimos… Además trajo caldo calentito para todos!! Qué bien nos sentó.
En fin, una excursión muy chula, incluso para ir con niños (de hecho fue una niña de 10 años), en la que te quedas con ganas de más, a pesar de las 5 horas de actividad, y por eso ya me he apuntado a la próxima.

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Clasificación